En la Península Ibérica resulta común en la mitad norte.
Muy terrestre, gusta de andar y saltar sobre el suelo, y también de posarse con porte erguido, en piedra, rocas y otros promontorios del terreno. Su vuelo es directo con un rápido batir de alas.
En ambos sexos la cola de color blanco finaliza con una T invertida negra, típica de todas las collalbas.
Solo los machos poseen el antifaz negro.
El periodo de cría va de abril a julio y pueden realizar hasta dos puestas anuales. El nido se suele instalar en un agujero entre piedras o en una pared, en el que deposita entre 2 y 9 huevos.
Se alimenta de pequeños invertebrados y algunos pequeños frutos y semillas.